viernes, 15 de febrero de 2013

Ozymandias Melancholia.




En ocasión del reciente miércoles de ceniza, y con algo de interés propio en el tema, quiero compartirles la más perfecta denominación de un sentimiento, que espero no ser el único que invade de vez en cuando, y que no había podido explicar hasta que Woody Allen pudo darme algunas luces en la película “De Roma con amor”: se llama “Ozymandias Melancholia”.


El término viene del poema de Percy Bysshe Shelley, un autor británico que habla sobre la estatua de un antiguo monarca llamado “Ozymandias”, (éste era el apodo de Ramsés II, cuya estatua se encuentra en el museo británico). Dice que después de ser el símbolo de poder, luego de retratar en la cara del monarca la arrogancia característica de quien se encuentra en la cima del mundo, se encuentra destruido, abandonado; no es ya sino un recuerdo.



Ozymandias


Conocí a un viajero de un antiguo país
que dijo: «dos enormes piernas de piedra
se yerguen sin su tronco en el desierto;
junto a ellas, en la arena, semihundido
descansa un rostro hecho pedazos, cuyo ceño fruncido
y mueca en la boca, y desdén de frío dominio,
cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones
que todavía sobreviven, grabadas en la piedra inerte,
a la mano que se mofó de ellas y al corazón que las alimentó.
Y en el pedestal se leen estas palabras:

"Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes:
¡Contemplad mis obras, oh poderosos, y desesperad!"


No queda nada a su lado. Alrededor de las ruinas
de ese colosal naufragio, infinitas y desnudas
se extienden las solitarias y llanas arenas.


Percy Bysshe Shelley



En dos de sus películas, Allen hace referencia a dicho poema. Cuando es inquirido sobre el tema, explica lo siguiente:


“Es una descripción perfectamente válida de un fenómeno particular. Es ese sentimiento de tristeza y depresión que obtienes al darte cuenta de que no importa cuán grande, majestuosa e importante es una cosa en el momento, con el tiempo pasará. Es justamente esa decadente estatua de Ozymandias, antes una magna estatua, ahora un fragmentado trozo de mármol en el desierto. Entonces, tienes ese sentimiento depresivo porque te da un sentido de la inutilidad de la vida, que todo para lo que estás trabajando, y todas las cosas que parecen tan significativas, son nada.”




All we are is dust in the wind.

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